sábado, 28 de noviembre de 2015

poco a poco

Soy un buscador de la felicidad
Si puede ser, pero a poco no, vale la pena vivirla.
Es dura cuando te sientes solo, cuando te hacen sentir mal, cuando crees que no hay nadie en quien puedas confiar, cuando te sientes sola...
Cuando el mas mínimo detalle te hace llorar, o recordar cosas que te han pasado.
¿Sabes cuando es dura la vida?
Cuando no la disfrutas, cuando no aprendes a valorar el hecho de respirar, cuando el estar vivo es lo mas maravilloso.
No les miento a mi me han pasado muchas cosas a mis escasos 16 años, he sufrido de desprecios, de humillaciones, de gente que me quiere ver abajo, de gente que me odió, de gente que nada más busca el mal, pero de esa gente estamos rodeados, yo
ahora me digo, por que buscas el mal de las personas, si hay muchas, que te hacen sentir bien.
El fracaso no existe, existen los errores.
El mundo en el que se vive, o el entorno, se lo da cada persona, los hechos son los que hablan, bien o mal, siempre lo bueno o lo malo con el tiempo, se recompensa.
Yo he sufrido maltratos físicos y psicológicos, he deseado muchas cosas que muchos gozan, la riqueza no lo da todo la pobreza tampoco, lo que te hace crecer son las ganas de salir adelante, las ganas de ser tu misma, los propósitos, las metas, lo
que quieres hacer.
Primero que todo debo pensar en mi, no buscando depender de nadie, saber que si lo quiero hacer lo haga.
Si, la vida no es fácil pero hay cada de talle, una mirada, una palabra, una sonrisa, un hola, un adiós, todo cuesta pero a veces uno se lo hace mas complicado, tal vez yo peco de ser una persona rencorosa, una persona, que todo lo vive y todo lo
siente, una persona que llora.
Una persona común como tu y como yo, la diferencia es que yo le he encontrado sentido a la vida en vez de buscar mi mal prefiero encontrar mi bien, porque tu tienes la llave de tu felicidad y porque hay una vida que vivir.
Gracias a la vida soy la persona que soy, y le agradezco a los que mas me han hecho daño, por que me han hecho mas fuerte.


viernes, 27 de noviembre de 2015

el principio

Soy un buscador de la felicidad
El principio del fin de nuestro amor lo vi llegar cruel hacia mí
y solo pude presentir tu lejana presencia en mi caminar
pero esto sirvió para afirmar que ya no perteneces a mí
y solo serás mi amigo, ya solo a eso puedo aspirar
Bajo la lluvia y el frío de mi destino caminé pensando cuanto nos amábamos tu brazo no rodeó mis hombros la noche que mas te necesité no estabas ahí sola esa noche pensé: que fatídico que el amor que nos profesábamos estuviera por terminarse sin nada ni para mí ni para ti.
Han pasado ya varios días desde que me dijiste adiós
cuando te quería con todas las fuerzas de mi corazón
ya no sé si algún podré verte no sé si aún me amas eso solo lo sabe Dios
perdóname por aferrarme a sueños que no han podido ser y ya no son.
Pero si no me amas no quieras sentir por mi compasión
No quiero algo que nunca fue mío por completo y que fue de otro corazón, deveras les deseo lo mejor yo tampoco quiero que me lastimes por favor. Concedeme tener el recuerdo más hermoso de lo que ha sido nuestro amor
Has afirmado bien, cuando has dicho que tu también quieres recordar lo que éramos. Eso confirma que ya has cerrado todas las puertas pues has terminado la relación. Comprendo tu sentir y le respeto, por eso te puedo decir adiós. Que seas feliz yo te perdono, ojalá que te perdone también Dios.
Tan solo espero comprender y aceptar mi nueva situación
sé que dentro de tí hay un insalvable rencor y eso parte mi corazón
en nombre de aquello que pudo ser y no fue cual lejana y hermosa ilusión, te pido que me otorgues tu olvido y tu perdón por aferrarme a sueños que ya no son.

Colaboración de Paola
México

solo

Soy un buscador de la felicidad
Solo quisiera entender que fue lo que pasó... Las razones, los motivos, cada vez que escucho hablar de ti mi corazón se parte en mil pedazos, mi alma se llena de dolor, te extraño.
Quisiera decirte unas cuantas cosas que espero nunca vayas a olvidar.... Eres lo mejor que me sucedió en mi vida cuando me sentía sola siempre estuviste ahí, aunque fuera en mi mente, los sueños que noche a noche vivía fueron los que me hacían sentir amada, por que estabas tu, los sentimientos que descubrí, las palabras llenas de amor, los poemas que escribí para ti.
La vida que te entregue solo quedan recuerdo… realmente te amo.
Hoy no puedo detener las lágrimas que creaste, mientras escribo pasan por mi cabeza los momentos junto a ti... Y todo mi amor… para ti fue un error.
Un error el cual no me arrepiento, pero amarte el peor de mis errores, tu no te mereces que yo te amé.

he llegado

Soy un buscador de la felicidad
He llegado a este mundo imaginando tu ser, ideando tu figura, pero mi mente no ha de formar una descripción tan maravillosa.
Porque no me he de conformar con tan solo esta descripción inconclusa?
Si para mi esta pequeña ideología tuya provoca en mi los sentimientos más profundos.
¡No!
Pero mi corazón no se resigna al hecho de no poder llegar a tenerte en mis brazos, rozar tus labios de miel, sentir tu sutil aroma, el solo anhelo de llegar a reflejar tus ojos en los míos hace que mi corazón se sumerja en un éxtasis infinito.
¿Dónde te puedo encontrar? ¡es lo que no se!, tan solo eres una ilusión inconclusa, un sueño, que me hace feliz pero al la vez me atormenta.

martes, 10 de noviembre de 2015

tanto

Soy un buscador de la felicidad
Tanto se puede creer en el amor como se puede dudar. Si se practica el segundo se vive una vida donde se edifican paredes de protección con el propósito de no ser dañado.
Pero con el tiempo y el aislamiento se da uno cuenta que esos muros que fueron puestos ahí como protección se han convertido en nuestra prisión. Y es precisamente el momento cuando la persona hace una decisión de quedarse ahí y morir o iniciar el camino de la liberación.
Por eso cuando me decían “El día que un hombre te haga temblar sabrás lo que es el amor” estas fueron palabras que muchas veces me habían dicho y que con cinismo las había rechazado. Porque mal entendía esa idea por eso desperdicié tantas oportunidades de ser amada. O quizás no quería poner tanta responsabilidad en un ser humano.
Y ahora esa frase redundaba en mi mente mientras mi cuerpo incontrolablemente se sacudía. De tanta fuerza que no me podía parar y sentía que todo me daba vuelta y pensaba desmayar. Momentos tan venerables donde sentí completamente desnuda mi alma la que con celo siempre he cuidado.
“Alma mía te he traicionado perdóname te lo suplico”.
“No te puedo prometer que jamás volverá a suceder porque es una promesa que no puedo cumplir.”
En este momento quiero olvidar todo de él. Decirme a mi misma que nada sucedió. Un sueño nada más entre los muchos que me inquietan en las noches Esos ojos, con los que me miraba tiernamente no eran extraños para mí, experiencia que desde mi niñez han estado presente en mis visiones nocturnas. Así que lo siento… esta aquí y es real no lo puedo negar.
¡¡Y por eso le he dicho que lo odio porque me hizo amar!!
¿Como se atreve y quien le dio permiso de entrar a mi vida? Si bien me da la gana lo puedo sacar que no se confíe tanto. ¡Pero no puedo! mi deseo de él me vence mas que mi razonamiento. Y ahora tengo que callar este sentimiento que me enferma. Todo sucedió tan rápido que al terminar el día no podía creer lo que había hecho y mucho menos lo que había sucedido.
¿Se puede sentir tanto por una persona en tan corto tiempo? Siento que lo conozco mucho mas que las horas que pasamos juntos. Ese tiempo que muy bien podría haber sido días, meses, décadas, un tiempo que se detuvo solo para los dos… que se yo? Ahora ya no se nada absolutamente, nada mas que necesito de él.
Y me alegra que haya sido así porque de otra manera mi sentido de rectitud me hubiera vencido. Me arrepiento? no definitivamente no. Se apareció en mi vida y lo disfrutaré a lo máximo. Lo acepto como es y quien es de ahí no me importa nada. Para mí será lo que yo misma experimenté un domingo por la tarde; un hombre con ojos tiernos, manos suaves y que con un toque mágico que tocó mi alma... y me hizo temblar.

sábado, 7 de noviembre de 2015

En dia

Soy un buscador de la felicidad
Hoy en día el mundo va en una constante carrera por la vida. Busca adrenalina, todo rápido, fácil, hacer más cosas, conseguir más cosas. La mayoría de las veces es una carrera sin público, sin meta, sin reglas. Sólo por el afán de competir, convirtiéndote en un robot que hace las cosas sin entender por qué o para qué.

Al participar en una carrera sin sentido, el hombre se ve insatisfecho de sí mismo, inquieto, infeliz y esto le lleva a desear más y más, el último coche, el mejor teléfono, las aventuras más extremas; regresando al mismo punto donde empezó o incluso peor, pues muchos desembocan en drogas, alcohol, etc. Y ahí comienzan otra carrera en la que, a medida que se avanza, se van matando a sí mismos. 

Para participar bien en esta carrera y sobre todo para llenar tu vida de alegría y satisfacción se necesitan tres elementos:

- Un público: No es otra cosa que todas las personas que nos rodean: amigos, familia, esposo, esposa, hijos; que ignoramos y pocas veces nos detenemos a agradecerles su presencia, su cercanía, amistad, saludarlos, darles una sonrisa, preguntarles cómo están o simplemente dedicarles un tiempo desinteresado. Muchas veces te enteras de que tienes un público cuando es demasiado tarde.

- Una meta: Un buen competidor tiene una meta clara. ¿Cuál es tu meta? ¿Tener muchas cosas? ¿Convertirte en el mejor de la universidad? ¿Buscar lo más cómodo? ¿Dejar una huella? Dependiendo de esta meta, será la velocidad y el esfuerzo que pongas. Cuanto más grande sea tu meta, mayor será el entusiasmo, el esfuerzo y la recompensa final. El hombre está hecho para correr a velocidades grandes, es decir, está hecho para tener grandes ideales, grandes objetivos que lo impulsen a sentirse pleno y feliz, a aprovechar su vida al máximo.

- Unas reglas: En toda carrera hay reglas, la vida y el mundo se rigen por reglas: reglas matemáticas, físicas, universales. La regla principal es amar. Tengo un público al que tengo que amar, una meta. Pero hay también tres reglas más para esta carrera: No hacer a los demás lo que no quiero que me hagan a mí. Voy a hacer lo que esté bien y me lleve a ser feliz plenamente. No olvidar que tienes a Dios como copiloto en esta carrera.

domingo, 1 de noviembre de 2015

SI

Soy un buscador de la felicidad
M. Gandhi dijo una vez: “si no tienes religión, yo te recomiendo una: la verdad”.

Durante mucho tiempo, cuando los amaneceres fueron un umbral para los días apagados, existía en mi mente una lucha interna entre las capas de mi razón y los zócalos profundos de mi piel. Yo estaba segura de que mi origen había sido de una cepa siniestra, estúpida idea defectuosa que carcomía mi cerebro y me hacía sentir como una partícula insignificante, sulfatada, viviendo un exilio y confinada a lo más mínimo e inexistente.

En medio de esta desvelada costilla, había una duda rodando siempre en mi cabeza: ¿qué era la vida? ¿Realmente era esto vivir, así sin respirar, sin sentir el latido del corazón? ¡No!, yo estaba segura de que la vida era otra cosa, era transcurrir y suceder mientras se siente cómo fluye tu sangre por las venas, es vibrar sin sentir miedo, andar descalza y disfrutar de lo que te ofrece el suelo.
Entonces, ¿por qué yo sentía dentro de mí cosas opuestas? ¿Por qué mis pupilas últimamente sucumbían cuando el espacio sin forma alguna, seguía arrastrándome al puto abismo? Lugar incómodo para mis huesos, donde ya no deseaba estar más.
Esta invalidez de mi sequía mental, este virus polimorfo que se instaló en mis venas, ha atormentado mi alma por mucho tiempo cuando yo aún estaba viva.

Todavía recuerdo cuando comencé a obedecer la misoginia autoritaria de una bestia putrefacta, y de cómo se metió profundo y desgarró mis miedos desmenuzando todas mis dudas para luego vomitarlas sobre mi fragilidad.
Fue justo ahí cuando la oscuridad absoluta, la soledad última, se adueñó de mis sueños y al parecer, del mismo modo que cualquier estrella recorre su dominio en forma precisa, yo avanzaba por este mundo, quebrada, con un corazón débil, sin rumbo y con un horizonte completamente sombrío y la confianza rasgada y rota.

En ese entonces, yo solía sentarme en un banco de madera, muy al fondo de todo, donde las hojas secas eran el único alimento para mi razón y fijaba la vista en el suelo queriendo encontrar una salida pero una vez metida en este estado, algo o alguien me hacía observar cómo con cada amanecer, mi vida caía al fondo del tiempo, muy profundo, muy íntima de mi misma, naufragando mi condena perpetua, esa que caía sobre mi estéril cuerpo cada vez que me abandonaba a los vientos revueltos, al arrastre irrespetuoso de ese alguien, de ese gusano letal que creí que me cuidaba.

Y si, muy pronto llegó ese momento en que los que me conocían ya jamás pudieron saber nada de mí. Nada de la que fui, ya nunca más pudo asomarse a ningún nuevo crepúsculo. Dentro de ese vivir sin anhelar nada, sin querer nada, solo lo indispensable (comida y agua), mi vida que no era tal, un día deseo terminar de nacer, pero no ahí, en ese injerto tejido de engaños, donde era una sarcófago siniestro para mis nuevas ilusiones.

Invisible para muchos, con un carácter incompleto y con mis ojos repletos de tinieblas y temores, un día me fui a terminar de venir a este mundo ya grande, sola y sin esperanza alguna, decidí dejar de deslizarme por esta vida venenosa y comenzar a pisar la tierra, esta que me dio origen y me perdió por un tiempo y así, poco a poco, me alejé de las mentiras disfrazadas con ternura y me quité de encima a muchas sanguijuelas que a mi alma primera la vieron morir día a día y no hicieron nada.

Está lloviendo sin parar afuera, falta todavía una hora para que la noche cierre, entonces peregrino por mis últimos tormentos, abro mis ojos y los veo a ellos, iracundas almas inocentes que jamás comprendieron los misterios que aun aprietan mi cuello pero saben que fui su único lecho y la única caricia real que jamás sus latidos sentirán.

¡Ya llega el día! ¡Ya llega el día!
¿En dónde hallaré ahora un lugar para esta entraña mía que está libre,
muy dañada y rota?

SABES

Soy un buscador de la felicidad
¿Sabes? Duele el alma, es un aguijón en el corazón que hiela el espíritu...
Lo primero que me preguntaría es ¿Esto tiene solución? ¿Es algo que podemos hablar? Si es así, lo intentaría.
Los seres humanos somos extraños, llenos de egoísmo y vanidad. "Llenos de heridas en el alma" como diría una canción.
Si tengo la capacidad de amar y aceptar a mi pareja como es, a pesar de todo, entendiendola como un hermoso concierto de canciones, algunas tristes y otras eléctricas, puedo dar un paso a la reconciliación.
¿Tengo la capacidad de pensar en ella primero? ¿De verme a mí mismo a través de sus ojos, para comprenderla? ¿Para saber lo que necesita?
Me queda claro que la pareja perfecta no existe y que las combinaciones de amor pueden ser infinitas...
¿Pero podría decir absolutamente con el corazón que es la pareja para mí? ¿O es el tiempo de darle las gracias y moverme a una pareja distinta que me ayude a mi evolución?
El que exista una ruptura, puede significar evolución; puede que necesites a otra persona distinta.
Pero también una pareja es como una guitarra: si la ajustas bien, eliges cuerdas adecuadas, compras una plumilla y aprendes la técnica adecuada para sacar las notas que te estremezcan... ¡bravo! Tomaste la decisión de experimentar y buscar la forma para hacer funcionar tu relación.


VIDA

Soy un buscador de la felicidad
En la vida todo tiene su fin, la vida, las cosas, así como las relaciones, incluso las de amor verdadero terminan cuando una de las partes muere. Existen relaciones que cuando acaban duelen poco, otras mucho, otras ni siquiera llega a molestar que terminen, pero cuando se trata de una relación en la cual amas con todas tus fuerzas, cuando estás seguro de que fue tu primer amor verdadero, que cuando tus creencias dictan que para ti solo existe un único amor puro y mágico, ese día a tu vida llega una tormenta de ideas, sentimientos, contradicciones y tristezas que con el tiempo van cambiando, evolucionando o simplemente permanecen a lo largo de semanas, días y hasta año.
Y es en ese punto donde ese sincero y noble sentimiento que se tiene, crea una simple y compleja idea que es “yo quiero que seas feliz, quiero verte feliz y daré todo porque sea así, no importa que sea o no a mi lado”. Cuántas veces lo he escuchado en la calle, en la televisión, en la radio, en el cine, pero aunque suene repetitivo y trillado, es una frase que cuando se dice basada en un sentimiento verdadero, es tan valiosa como el mismo amor.
Pero que se convierte en un arma mortal, pues de forma inesperada, aunque se tiene conciencia de aquello, llega el día en que ves a esa persona que amas volar nuevamente, extender sus alas y sus brazos para ir rumbo a otra persona, las ves correr, amar nuevamente. Y tú apenas gateas. Entonces ¿qué pasa en ese momento?
La frase que se dijo con amor y con la razón ¿dónde queda? Simplemente jamás se está listo para aquello y nos lleva más la emoción que la razón y más aún si los sentimientos persisten en nuestro corazón.
Aquel día en que ocurre esto, es como que una daga te penetrase el corazón: te quejas, lloras, sufres, y al mismo tiempo sientes una alegría por saber que esa persona es feliz. Recuerdas los momentos a su lado, los buenos, los malos, los problemas, las alegrías, los planes, las locuras.
Tu mundo se vuelve un huracán de sentimientos donde no tienes un norte que seguir, piensas en esa persona todo el día, no comes, no duermes y si duermes, sueñas con él o ella. Piensas en tus errores, en lo que pudiste hacer mejor, lo que debiste cambiar, mejorar. Asumes la culpa de todo lo ocurrido aunque no deba ser así, y en un instante que parece eterno, sientes su voz llamándote, sus caricias en tu piel, sus quejas que te gustan e inicia una película en tu mente de todo lo vivido desde que le conociste.
Y de repente, empieza a correr una lágrima por tu mejilla, una simple gotita de agua que sale de los ojos pero que a la vez está cargada de dolor, pasión, iras, coraje, resignación. Y luego son dos, tres, cuatro gotas más y conforme esto ocurre, te desmoronas, bajas tus escudos y quedas libre ante el universo, sin máscaras ni protecciones.
Solo tú. Poco después, el alma se va aliviando, el corazón calmando y el tiempo vuelve a tomar su transcurso natural. Piensas en varias cosas, tu ánimo no existe, las ilusiones se van y solo permanece ese sentimiento de soledad abrumadora, donde si eres religioso preguntas a Dios por qué si todo iba a ser así.
¿Por qué me dejaste amarle tanto? ¿Por qué permites que sufra de esta manera? ¿Qué ganaré con todo esto? ¿Por qué no puedes arrancarme este sentimiento de mi corazón? ¡Ayúdame a olvidar! Y si no eres religioso reclamas a la vida, a tu cuerpo o a aquello en lo que tú creas las mismas preguntas. Pero en cualquier contexto que haya sido, lo que se busca es una respuesta que jamás llegará, una paz que no tiene cabida, una esperanza inútil.
Pasan las horas y los días parecen eternos, sueñas, buscas señales, recurres a acciones poco comunes, revives recuerdos una y otra vez, te falta el aire, te duele el corazón, no sabes cómo estar bien, cómo seguir con tus actividades y aún menos como concentrarte, y solo te imaginas a esa persona siendo feliz, besando otros labios, recibiendo otras caricias, riendo, disfrutando, preguntándote si piensa en ti.
Y ante esto, muchos te dirán que lo veas como una oportunidad de avanzar, de ver por ti, de amar a alguien más, de que te des cuenta de que no era para ti, que es algo normal de la vida. Y la realidad es simple, nadie sabe realmente qué es lo mejor para nosotros en estas circunstancias.
Cuál es la cura o el camino a seguir, incluso uno mismo lo ve a ratos como absurdo sufrir por alguien que sigue haciendo su vida, pero la razón no puede más que el corazón cuando se ama, y solo nos queda esperar, tener fuerzas y esperar.


MIRAR

Soy un buscador de la felicidad
El mirar ayer al cielo fue sólo el recuerdo de tu ausencia
y el recordar esa mirada tan profunda, me hizo ver las
pocas estrellas que alumbraban el techo de mis recuerdos
y el manto de mis ilusiones al pensar en ti y tu esencia...
Ahora si vuelvo a recordar lo que es soledad, sin ilusión,
no se porque solo a mi, no se porque solo a mi, no sabes
que mal y sola me siento y que vacío creaste en mi, no tienes idea
de como me siento, no sabes lo mucho que te quiero, lamentablemente ya no debo de hacerlo pero desde ahora comenzaré a desvanecerlo, quisiera odiarte pero no puedo, quisiera morir pero se que aun no debo, pero creo que recordar cuantas ganas tengo de hacerlo, ya que cuando te conocí tu borraste esa idea utópica, derramó lagrimas como tormentas en el desierto, se rompe mi ilusión y vuela como hojas al viento ojalá y evitara este encuentro de desilusiones, ya es irreversible el daño que has hecho en mí por más que sane siempre tendré la cicatriz que me recordará lo que fuiste para mí y lo que creaste al decidir que tu ya no serías para mí.