Hola mamá,
Llevo un tiempo pensando en escribirte esta carta para decirte cuánto te quiero y cuánto te agradezco todo lo que has hecho por mí. Y es que muchas veces pienso que debes dar por sentado que te quiero, pero igualmente tengo la necesidad de decírtelo aquí, para que guardes siempre mis palabras y acudas a ellas cuando lo necesites.
Pero te advierto que no soy capaz de expresar todo lo que quiero decir, así que tendrás que imaginarte el resto. Por delante va mi admiración por tu valentía y tu fuerza para sacarme adelante a mí, a toda la familia. Pero sobre todo, quiero que te llegue mi auténtica adoración y todo el amor que sea capaz de devolverte.
Porque tú siempre has estado ahí, ayudándome a dar mis primeros pasos, enseñándome todo lo que sabías y animándome a saber más; guiándome cuando más confundida estaba y dándome valor cuando estaba asustada; protegiéndome de cualquier peligro y confiando en mis capacidades.
Te quiero, mamá.