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domingo, 2 de agosto de 2015

ciego

Soy un buscador de la felicidad

Desde hacía mucho tiempo, un ciego venía sentándose en una concurrida plaza de la ciudad. Había perdido la vista en un accidente y al no poder seguir trabajando, se había dedicado a pedir limosna. Llegaba siempre a la misma hora, con una lata vacía y un viejo cartel de cartón que decía “ESTOY CIEGO, AYÚDEME POR FAVOR”. Lo que obtenía tras ocho horas sentado siempre en el mismo rincón apenas le alcanzaba para sobrevivir. Sin embargo encontraba cierto consuelo en las amenas conversaciones que en ocasiones se producían con quienes, en búsqueda de esparcimiento, transitaban aquella hermosa plaza.


Un día, uno de sus amigos se le acercó y comenzaron a hablar sobre su situación. El ciego se lamentó ya que nunca lograba llevar a casa más que unas pocas monedas y eso no alcanzaba para nada. El amigo se quedó en silencio y le dijo:

- En estos días leí que el famoso científico Albert Einstein escribió "Si haces lo que siempre has hecho, obtendrás los resultados que siempre has obtenido" – y tras una breve pausa continuó – Es posibles que tengas que hacer algo diferente para que mejoren las cosas.

Esa noche, al llegar a casa, el ciego no pudo dormir con tranquilidad pensando en aquello que le dijo su amigo. A la mañana siguiente se levantó temprano pero no fue para la plaza, sino que decidió visitar la carpintería de un vecino que se encontraba en la siguiente cuadra. En la tarde regresó a su casa con una sonrisa en el rostro y con una tabla pintada bajo el brazo.

- Mañana me irá mejor – expresó con entusiasmo a su esposa.

Al día siguiente vistió mejores ropas que de costumbre y emprendió el camino a la plaza. En lugar de sentarse en el mismo rincón de siempre, se ubicó en una vereda más transitada en la cual no había sombra. De inmediato se empezaron a sentir los cambios.

Una semana más tarde pasó nuevamente su amigo y lo primero que observó fue que la vieja lata estaba mucho más llena que de costumbre. Luego vio el nuevo cartel que decía “HOY ES BONITO DÍA, Y NO PUEDO VERLO". Finalmente le dijo:

- Veo que hoy te va mucho mejor, tú estás mucho mejor arreglado y tu cartel está espectacular, pero ¿porqué te pusiste aquí en el sol en lugar de colocarte bajo una buena sombra?

- Tu me lo dijiste “Si hago siempre lo mismo, obtendré siempre el mismo resultado”. Este nuevo cartel llama más la atención, es más bonito y el mensaje es más optimista. Con respecto a mantenerme aquí bajo el sol, es una forma de mostrar a las personas que pasan que estoy dispuesto a hacer un sacrificio adicional para obtener su ayuda. Cuando escucho que se me acercan los niños les narro algún cuento bonito y sus padres siempre lo agradecen con un aporte mayor. Uno de ellos me contrató para que asistiera a una reunión con la finalidad de entretener con mis historias a los hijos de los presentes. Ya voy a mandar a hacer otros carteles con las ideas que se me están ocurriendo…


Cuántas veces nosotros nos quejamos por que siempre es lo mismo, por que siempre obtenemos los mismos resultados, por que nunca nos va mejor. No culpemos a los demás por eso. Es muy posible que seamos nosotros los que tengamos que hacer pequeños cambios en nuestras rutinas, en nuestra manera de actuar y de hacer las cosas para que se produzcan importantes cambios en nuestra vida. ¿Cuántas veces nosotros no somos los ciegos?