1.- Ser quien siempre has sido.
2.- Ser quien te piden que seas.
3.- Ser quien sueñas ser.
Pero si optas por la tercera, no olvides convertirte en un elefante:
con oídos grandes para escuchar consejos, pies fuertes y gruesos para soportar el peso de tus decisiones y piel gruesa para aguantar las flechas de la crítica y la intolerancia.
2.- Ser quien te piden que seas.
3.- Ser quien sueñas ser.
Pero si optas por la tercera, no olvides convertirte en un elefante:
con oídos grandes para escuchar consejos, pies fuertes y gruesos para soportar el peso de tus decisiones y piel gruesa para aguantar las flechas de la crítica y la intolerancia.
Colaboración de Javier Rojas